El oso grolar o grizzly-polar (Ursus arctos x maritimus) es un híbrido raro que se ha producido tanto en cautividad como en estado salvaje, resultado de cruce de oso pardo y oso polar. En 2006, la aparición de este híbrido en la naturaleza ha sido confirmada por los análisis de ADN de un oso de aspecto extraño que fue encontrado en la isla de Banks al norte de Canadá.1 Anteriormente, el híbrido se había producido en zoológicos y se lo consideró inexistente para la ciencia.
Aunque el oso pardo y el oso polar son genéticamente similares y con frecuencia se los encuentra en los mismos territorios, tienden a evitarse entre sí. El oso grizzly y también el oso kodiak, además del oso pardo de Alaska, que son subespecies
del oso pardo, tienden a vivir en las tierras de estas islas, mientras
que el oso polar prefiere el agua y el hielo. Algunas teorías sugieren
que el calentamiento global ha causado el deterioro del hábitat
del oso polar al derretir grandes áreas heladas de esos territorios.
Por ese motivo, se han mudado hacia el interior, y se cree que por ello
ha aumentado la frecuencia de los híbridos.
Jim Martell, un cazador de Idaho, le disparó a un oso grizzly-polar, cerca de Sachs Harbour, en la isla de Banks, según se informó el 16 de abril de 2006.1
Martell que poseía una licencia oficial para cazar osos polares mató a
un grolar, pensando que era un oso polar común. Los funcionarios
tuvieron gran interés en la criatura cuando se percataron de sus rasgos
comunes en los osos polares y en los osos grizzlies.
Una prueba de ADN realizada por la Vida Silvestre Internacional de Genética
reveló que se trataba de un híbrido con madre oso polar y padre oso
pardo. Se trata del primer caso documentado en la naturaleza,3 aunque se sabía que este híbrido era posible biológicamente por su crianza en zoológico en el pasado.
En medio de la controversia, el oso fue devuelto a Martell.
En 2010 otro cazador mató a un ejemplar que resultó ser hijo de una osa
grolar y un oso pardo. Se han estado haciendo estudios para verificar si
este oso tiene alguna relación biológica con el del primer caso.
viernes, 24 de enero de 2020
Cebrallo (Cebra x Yegua)
Un cebrallo o zebrallo es un híbrido de una cebra macho con una yegua, de lo cual se concluye que es un "cebroide", término usado para referirse a cualquier híbrido proveniente de la cruza de una cebra con cualquier otra especie equina. Al igual que la mayoría de los demás híbridos entre especies distintas, es estéril.
Su apariencia es más la de un caballo que la de una cebra, pero a diferencia de estos, se distingue por sus visibles rayas en las patas, que con frecuencia también tiene, en el lomo hasta los flancos y en el cuello.
Tanto las cebras como los caballos pertenecen al género equus — equinos, los cuales pueden ser cruzados entre sí para producir híbridos. Todos ellos difieren ligeramente en su patrimonio genético. Un caballo tiene 64 cromosomas, mientras que una cebra tiene entre 32 y 44 (dependiendo de la especie). La mayoría de los cebrallos tienen 54.
Cossar Ewart, profesor de Historia Natural en Edimburgo (1882-1927) y un perspicaz genetista, apareó una cebra macho con una yegua de caballo y otra de poni con la intención de investigar la teoría de la telegonía. Para dicho experimento usó yeguas de raza árabe. Experimentos similares después serían llevados a cabo por el gobierno estadounidense.1
Como otras muchas clases de híbridos, los cebrallos son estériles ya que el emparejamiento de cromosomas de un caballo y el de la cebra resulta impar, así que al sobrar uno no pueden criar. Normalmente para conseguir este tipo de cruce se emplean cebras machos de la especie de Grevy (cebras Reales o del desierto, las más parecidas a los burros) y yeguas, que han convivido juntos para que se puedan aceptar mutuamente, cosa que no se da en la naturaleza. Los casos de cruce con cebras de la sabana (Grant, Bhön, Damara y Champang) no son siempre viables; y las cebras de montaña y de Hartmmant, que son las más parecidas a un caballo a nivel genético, están en peligro de extinción.
Los caballos se pueden cruzar con cualquier tipo de especie equina, pero normalmente se escoge a una yegua para este tipo de cruzamiento ya que los híbridos de cualquier especie se parecen más a la madre que al padre y el embarazo de la yegua es más viable cuando se trata de conseguir un cebrallo.
Físicamente son como caballos pequeños de crines enhiestas y poco pobladas. Su pelaje muestra rayas de cebra que se sobreponen a su color de fondo, lo cual es el resultado de la mezcla de las características del pelaje heredadas de sus dos padres.
Las cebras, al ser animales salvajes e indómitos —a diferencia de los caballos y los asnos—, transmiten su instinto salvaje a su descendencia y aunque generalmente no sean animales tan grandes, son extremadamente fuertes y agresivas. Debido a ello, los cebrallos también tienen un temperamento fuerte y pueden ser agresivos.
Actualmente se crían como rareza, mayormente en Estados Unidos, para gente que quiere presumir de tener animales raros y monturas peculiares.
Para la equitación se prefiere a los cebrallos que a las cebras puras por varias razones, como lo es su mayor resistencia física; a pesar de que no son tan fáciles de manejar como los caballos y de que, por tanto, no pueden ser montados o adquiridos por novatos; además, su complexión más estilizada que la del caballo, particularmente en la parte de las espaldas, hace que sea más fácil conseguirle arnés.
Su apariencia es más la de un caballo que la de una cebra, pero a diferencia de estos, se distingue por sus visibles rayas en las patas, que con frecuencia también tiene, en el lomo hasta los flancos y en el cuello.
Tanto las cebras como los caballos pertenecen al género equus — equinos, los cuales pueden ser cruzados entre sí para producir híbridos. Todos ellos difieren ligeramente en su patrimonio genético. Un caballo tiene 64 cromosomas, mientras que una cebra tiene entre 32 y 44 (dependiendo de la especie). La mayoría de los cebrallos tienen 54.
Cossar Ewart, profesor de Historia Natural en Edimburgo (1882-1927) y un perspicaz genetista, apareó una cebra macho con una yegua de caballo y otra de poni con la intención de investigar la teoría de la telegonía. Para dicho experimento usó yeguas de raza árabe. Experimentos similares después serían llevados a cabo por el gobierno estadounidense.1
Como otras muchas clases de híbridos, los cebrallos son estériles ya que el emparejamiento de cromosomas de un caballo y el de la cebra resulta impar, así que al sobrar uno no pueden criar. Normalmente para conseguir este tipo de cruce se emplean cebras machos de la especie de Grevy (cebras Reales o del desierto, las más parecidas a los burros) y yeguas, que han convivido juntos para que se puedan aceptar mutuamente, cosa que no se da en la naturaleza. Los casos de cruce con cebras de la sabana (Grant, Bhön, Damara y Champang) no son siempre viables; y las cebras de montaña y de Hartmmant, que son las más parecidas a un caballo a nivel genético, están en peligro de extinción.
Los caballos se pueden cruzar con cualquier tipo de especie equina, pero normalmente se escoge a una yegua para este tipo de cruzamiento ya que los híbridos de cualquier especie se parecen más a la madre que al padre y el embarazo de la yegua es más viable cuando se trata de conseguir un cebrallo.
Físicamente son como caballos pequeños de crines enhiestas y poco pobladas. Su pelaje muestra rayas de cebra que se sobreponen a su color de fondo, lo cual es el resultado de la mezcla de las características del pelaje heredadas de sus dos padres.
Las cebras, al ser animales salvajes e indómitos —a diferencia de los caballos y los asnos—, transmiten su instinto salvaje a su descendencia y aunque generalmente no sean animales tan grandes, son extremadamente fuertes y agresivas. Debido a ello, los cebrallos también tienen un temperamento fuerte y pueden ser agresivos.
Actualmente se crían como rareza, mayormente en Estados Unidos, para gente que quiere presumir de tener animales raros y monturas peculiares.
Para la equitación se prefiere a los cebrallos que a las cebras puras por varias razones, como lo es su mayor resistencia física; a pesar de que no son tan fáciles de manejar como los caballos y de que, por tanto, no pueden ser montados o adquiridos por novatos; además, su complexión más estilizada que la del caballo, particularmente en la parte de las espaldas, hace que sea más fácil conseguirle arnés.
Leopòn (Leopardo x Leona)
.La cabeza del animal se parece a la del león y el resto del
cuerpo se parece al de un leopardo con manchas difusas. Los leopones son
mayores que los leopardos y combinan características de sus dos padres.
Tienen manchas de color marrón en vez de negro y los machos poseen una
pequeña melena de 20 cm de longitud.
El primer leopón documentado parece ser uno nacido en Kolhapur (India) en 1910. W. S. Millard, secretario de la Sociedad de Historia Natural de Bombay, envió la piel a R. I. Pocock. Era un cruce entre un leopardo grande y una leona. De la unión habían nacido dos leopones cachorros, uno que murió a los dos meses y medio y el otro que todavía vivía cuando lo describió Pocock, en 1912. Pocock escribió que era manchado como un leopardo, pero que las manchas en los lados eran más pequeñas y más cercanas unas a otras que las de un leopardo, y eran de color marrón claro, como las de un león joven. Las manchas de la cabeza, espalda y patas eran negras y notables. La cola era manchada encima y con rayas debajo, y tenía una punta oscura, con pelos más largos. El vientre era blanco y las orejas de color crema, con una franja ancha negra, pero sin la mancha blanca que tienen los leopardos. Según Pocock, el animal más parecido a este cruce era el lejagulep (cruce de león, jaguar y leopardo), conseguido en el zoo de Chicago (Estados Unidos).
Posteriormente, se obtuvieron leopones en zoológicos de Japón, Alemania e Italia. Carl Hagenbeck, quien produjo muchos híbridos diferentes, grabó el nacimiento de unos leopones en el Hamburg Tierpark de Alemania, pero ninguno sobrevivió hasta la madurez. Una piel y un cráneo de leopón en el Museo de Historia Natural Británico proviene de otro animal cruzado en el zoológico de Kolhapur, que fue donado por el teniente coronel F. W. Wodehouse de los Junior United Services entre 1920 y 1940.
El programa de leopones más exitoso hasta la fecha es el que se dio en el Koshien Hanshin Park de Nishinomiya City, Japón. Una leona llamada Sonoko fue cruzada con un leopardo llamado Kaneo. Durante el coito, la leona asumió de forma voluntaria una posición lateralizada para permitir que el leopardo (más pequeño) se apareara con ella. Dos híbridos nacieron en 1959 y tres más lo hicieron en 1962. En cautiverio, el normalmente solitario leopardo permaneció con la familia (un comportamiento social que a veces se observa en grandes felinos normalmente solitarios que se encuentran en cautiverio). Los híbridos resultaron estériles y el último murió en 1985. Aunque muy popular para el gran público, el programa de hibridación recibió duras críticas por parte de la comunidad científica. De acuerdo con lo observado en los ejemplares japoneses, los leopones son mayores que los leopardos y combinan características de sus dos padres. Tienen manchas de color marrón en vez de negro, y los machos poseen una pequeña melena de 20 cm de longitud. Gustan de trepar a los árboles y disfrutan del agua como los leopardos (aunque es de señalar que los leopones japoneses nacieron de una leona que disfrutaba del agua y un leopardo que la aborrecía). Las hembras pueden tener problemas de conducta, al tener que elegir entre el estilo de vida social de una leona y el solitario del leopardo.
El primer leopón documentado parece ser uno nacido en Kolhapur (India) en 1910. W. S. Millard, secretario de la Sociedad de Historia Natural de Bombay, envió la piel a R. I. Pocock. Era un cruce entre un leopardo grande y una leona. De la unión habían nacido dos leopones cachorros, uno que murió a los dos meses y medio y el otro que todavía vivía cuando lo describió Pocock, en 1912. Pocock escribió que era manchado como un leopardo, pero que las manchas en los lados eran más pequeñas y más cercanas unas a otras que las de un leopardo, y eran de color marrón claro, como las de un león joven. Las manchas de la cabeza, espalda y patas eran negras y notables. La cola era manchada encima y con rayas debajo, y tenía una punta oscura, con pelos más largos. El vientre era blanco y las orejas de color crema, con una franja ancha negra, pero sin la mancha blanca que tienen los leopardos. Según Pocock, el animal más parecido a este cruce era el lejagulep (cruce de león, jaguar y leopardo), conseguido en el zoo de Chicago (Estados Unidos).
Posteriormente, se obtuvieron leopones en zoológicos de Japón, Alemania e Italia. Carl Hagenbeck, quien produjo muchos híbridos diferentes, grabó el nacimiento de unos leopones en el Hamburg Tierpark de Alemania, pero ninguno sobrevivió hasta la madurez. Una piel y un cráneo de leopón en el Museo de Historia Natural Británico proviene de otro animal cruzado en el zoológico de Kolhapur, que fue donado por el teniente coronel F. W. Wodehouse de los Junior United Services entre 1920 y 1940.
El programa de leopones más exitoso hasta la fecha es el que se dio en el Koshien Hanshin Park de Nishinomiya City, Japón. Una leona llamada Sonoko fue cruzada con un leopardo llamado Kaneo. Durante el coito, la leona asumió de forma voluntaria una posición lateralizada para permitir que el leopardo (más pequeño) se apareara con ella. Dos híbridos nacieron en 1959 y tres más lo hicieron en 1962. En cautiverio, el normalmente solitario leopardo permaneció con la familia (un comportamiento social que a veces se observa en grandes felinos normalmente solitarios que se encuentran en cautiverio). Los híbridos resultaron estériles y el último murió en 1985. Aunque muy popular para el gran público, el programa de hibridación recibió duras críticas por parte de la comunidad científica. De acuerdo con lo observado en los ejemplares japoneses, los leopones son mayores que los leopardos y combinan características de sus dos padres. Tienen manchas de color marrón en vez de negro, y los machos poseen una pequeña melena de 20 cm de longitud. Gustan de trepar a los árboles y disfrutan del agua como los leopardos (aunque es de señalar que los leopones japoneses nacieron de una leona que disfrutaba del agua y un leopardo que la aborrecía). Las hembras pueden tener problemas de conducta, al tener que elegir entre el estilo de vida social de una leona y el solitario del leopardo.
Ligre (Leòn x Tigresa)
El ligre es el híbrido producto del cruce entre un león y una tigresa.
Su aspecto es el de un gigantesco león con rayas de tigre difusas, su
pelaje es entre el naranja y el amarillo. Al igual que los leones, los
ligres machos desarrollan melena. Su nombre científico es Panthera leo × tigris. Hay quienes a la hembra del ligre la llaman legresa1
Es precisamente la acción del ser humano la responsable de que existan los ligres. Aunque antiguamente coexistieron en Persia, India, China y probablemente en Beringia; los hábitos de sus progenitores son muy diferentes (predominantemente diurno y al descubierto el león, más nocturno y forestal el tigre), lo que hacía improbable su cruce natural.
El ligre generalmente llega a medir hasta 4 m de largo, y a pesar hasta 500 kg, con lo que posee un tamaño mayor que su padre (león) y su madre (tigresa), y se le considera el felino más grande del mundo.3
Su tamaño se explica porque el gen inhibidor del crecimiento se transmite por vía materna en los leones y paterna en los tigres, por lo que el ligre no hereda ningún gen de este tipo. Las patas y cola, por el contrario, son cortas en relación al cuerpo, ya que sí dejan de crecer; por ello, es posible que los ligres machos más ancianos lleguen a quedar impedidos para caminar, al no poder sostener su propio peso.
El caso opuesto se da con el híbrido inverso, el tigón (también llamado tigrón o tigral): este cruce entre tigre y leona produce un animal más pequeño y estilizado, con patas y cola largas, que le dan un aspecto menos corpulento, es decir, poco imponente. Es por ello mucho menos abundante que el ligre, ya que este es buscado activamente y explotado por circos, y, en menor medida, por zoológicos, deseosos de atraer al público.
Muchos de los híbridos generados entre especies diferentes nacen estériles, no así las hembras de los ligres, las cuales pueden ser fértiles en algunos casos, y han llegado a aparearse con tigres para producir una descendencia denominada ti-ligre, o con un león, resultando un li-ligre. El primer liligre nació en Rusia en agosto de 2012.1
Es precisamente la acción del ser humano la responsable de que existan los ligres. Aunque antiguamente coexistieron en Persia, India, China y probablemente en Beringia; los hábitos de sus progenitores son muy diferentes (predominantemente diurno y al descubierto el león, más nocturno y forestal el tigre), lo que hacía improbable su cruce natural.
El ligre generalmente llega a medir hasta 4 m de largo, y a pesar hasta 500 kg, con lo que posee un tamaño mayor que su padre (león) y su madre (tigresa), y se le considera el felino más grande del mundo.3
Su tamaño se explica porque el gen inhibidor del crecimiento se transmite por vía materna en los leones y paterna en los tigres, por lo que el ligre no hereda ningún gen de este tipo. Las patas y cola, por el contrario, son cortas en relación al cuerpo, ya que sí dejan de crecer; por ello, es posible que los ligres machos más ancianos lleguen a quedar impedidos para caminar, al no poder sostener su propio peso.
El caso opuesto se da con el híbrido inverso, el tigón (también llamado tigrón o tigral): este cruce entre tigre y leona produce un animal más pequeño y estilizado, con patas y cola largas, que le dan un aspecto menos corpulento, es decir, poco imponente. Es por ello mucho menos abundante que el ligre, ya que este es buscado activamente y explotado por circos, y, en menor medida, por zoológicos, deseosos de atraer al público.
Muchos de los híbridos generados entre especies diferentes nacen estériles, no así las hembras de los ligres, las cuales pueden ser fértiles en algunos casos, y han llegado a aparearse con tigres para producir una descendencia denominada ti-ligre, o con un león, resultando un li-ligre. El primer liligre nació en Rusia en agosto de 2012.1
Balfìn (delfin nariz de botella x orca)
El balfín (Tursiops truncatus x Pseudorca crassidens) es un híbrido perteneciente a la familia Delphinidae entre un delfín de nariz de botella y una falsa orca.1 Solo se conoce un caso de este hibridismo en cautiverio: una hembra llamada Kekaimalu, nacida por sorpresa el 15 de mayo de 1985 mientras sus padres compartían piscina en el Sea Life Park de Hawái.
Kekaimalu tuvo descendencia tres veces con un delfín de nariz de botella: el primer hijo, nacido cuando Kekaimalu era muy joven, murió a los pocos días de nacer, el segundo vivió 9 años, y el tercero, una hembra, nació el 23 de diciembre de 2004.1
La palabra balfín, tanto en español como en inglés (wholphin), es la unión de las palabras ballena (whale) y delfín (dolphin). Este nombre es incorrecto, puesto que las falsas orcas no son ballenas, sino delfines (pertenecen a la misma familia Delphinidae). Además, resulta muy poco específico, pues no se descarta que otras especies dentro de esta familia también puedan hibridarse.2
Descripciòn
El tamaño, color y forma del balfín, son el intermedio entre las especies progenitoras. Posee 66 dientes, que es el intermedio entre un delfín nariz de botella (88 dientes) y una falsa orca (44 dientes).3
Al contrario que la mayoría de los híbridos, que normalmente son estériles, los balfines son fértiles.
Kekaimalu tuvo descendencia tres veces con un delfín de nariz de botella: el primer hijo, nacido cuando Kekaimalu era muy joven, murió a los pocos días de nacer, el segundo vivió 9 años, y el tercero, una hembra, nació el 23 de diciembre de 2004.1
La palabra balfín, tanto en español como en inglés (wholphin), es la unión de las palabras ballena (whale) y delfín (dolphin). Este nombre es incorrecto, puesto que las falsas orcas no son ballenas, sino delfines (pertenecen a la misma familia Delphinidae). Además, resulta muy poco específico, pues no se descarta que otras especies dentro de esta familia también puedan hibridarse.2
Descripciòn
El tamaño, color y forma del balfín, son el intermedio entre las especies progenitoras. Posee 66 dientes, que es el intermedio entre un delfín nariz de botella (88 dientes) y una falsa orca (44 dientes).3
Al contrario que la mayoría de los híbridos, que normalmente son estériles, los balfines son fértiles.
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